El diario EL COMERCIO publicó el 13 de marzo la noticia de que la Asociación Adansi (Asociación de Personas con Autismo “Niños Del Silencio”) ha abierto en Gijón el primer y único centro del país especializado en detección del autismo en bebés. El equipo que emplean para descubrir la patología es financiado por la fundación Trapote, presidida por la Alcaldía de Gijón.
Desde el pasado mes de septiembre se han evaluado y tratado 105 casos.
La presidenta de Adansi, Carmen de la Rosa, aseguró a El Comercio que “cuanto antes se diagnostique el TEA y se ofrezca la terapia adecuada para los bebés, mayores logros se obtienen”. La directora del programa, la psicóloga Gloria Acevedo, certifica que “en cuanto hay sospecha de alteración, hay que comenzar a trabajar. Lo ideal es hacerlo a partir de los seis meses y no a los dos años, como nos llega ahora”.
Lograr un diagnostico TEA en la sanidad pública no llega hasta, como pronto, los 18 meses. Cuando los pediatras realizan el denominado test M-Chat, con 23 preguntas que sirven para identificar rasgos TEA. «A partir de ahí, tienen que pasar por la unidad de atención temprana, que tiene lista de espera y luego llegan a nosotros», lo que supone encontrarse con bebés con dos años cumplidos o más «sin la atención especializada que necesitan» afirma la directora.
Los responsables entiende que el programa «ha demostrado una efectividad del 95%», pero defiende lo más importante es «el modelo de intervención que tiene una fundamentación neurológica». Una atención especializada que no está basada en pictogramas, «sino en ayudar al bebé a aprender a imitar», lo que es posible lograr «si comenzamos a trabajar cuando tienen seis meses».
Como SuresTEA viene afirmando desde hace tiempo, un diagnóstico precoz es clave para mejorar y aumentar los tratamientos y avances como estos permiten que se siga avanzando en esa dirección.
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