
La Jornada “Hipersintiendo el Autismo en Primera Persona” se celebró el sábado 16 de enero con el cartel de aforo completo desde hace ya algunos días.
Mariano Grueiro es una persona con autismo que acaba de cumplir los 40 años. Es un adulto diagnosticado de autismo desde hace un año y ha impartido una excepcional conferencia sobre su vida, sus sentimientos y sus experiencias.
Ha resultado muy esclarecedor los muchos ejemplos que ha presentado durante esta realmente amena presentación de cómo se siente una persona adulta con autismo, pero mucho más lo ha sido la explicación del camino que le ha llevado hasta aquí.
Es sorprendente ver como una persona adulta con autismo que no ha sido diagnosticado hasta una edad avanzada tiene que luchar no sólo por no ser objeto de la incomprensión de la sociedad en general, sino también cómo Mariano dice, como se da cuenta de que es diferente, de que algo en él no funciona como en el resto de las personas de su alrededor y cómo la solución que se encuentra es comenzar a funcionar como un clon de los demás.
Todos de algún modo hemos empatizado con Mariano y hemos salido con una sensación de que hemos conocido un poco de cómo se siente una persona con autismo, de lo difícil que es para ellos y ver un resquicio de lo que ve en las personas “normales” y una de las cosas más importantes que finalmente te preguntas es quién es el que tiene rigideces, las personas con autismo, o realmente quién tiene rigideces es la sociedad que encasilla y aparta a toda persona fuera del comportamiento estereotipado.
Cierto es que ahora la situación para las personas con autismo es bastante mejor que hace unas décadas, pero eso no nos tiene que confundir y ver que el camino que queda para la inclusión sin ningún tipo de barrera es todavía muy muy largo. Los primeros pasos se están dando y personas como Mariano, capaces de explicar al menos una pequeña parte de la visión que tienen nos pueden ayudar a ir dando pasitos hacia la normalización, aunque la lucha es dura.
Otra conclusión y que se viene denunciando desde nuestra Asociación y otras muchas asociaciones son las ayudas a las personas adultas con autismo. Ya sabíamos que los niños con autismo ahora mismo tienen ciertas ayudas, aunque no suficientes, pero a partir de los 18 años, es como si se dejara de existir para las Administraciones Públicas, conseguir apoyos se convierte en una tarea muy difícil cuando no imposible, y como dice Mariano, él es una persona con autismo cuando era niño, adolescente, adulto y anciano, y los apoyos deberían estar en cada una de las partes de la vida, adaptados a cada fase y problema.